By Lina María Echeverri, PhD
Cuando se habla de Colombia en mercados internacionales generalmente es asociada con ciudades como Bogotá, Cartagena y Medellín. Como si el territorio colombiano se circunscribiera en un triángulo poderoso de tres importantes ciudades caracterizadas por su desempeño en los negocios (Bogotá), por su desarrollo del turismo premium (Cartagena) y por el crecimiento de la industria de la moda (Medellín). Sin embargo, es ahora el momento de descubrir una Colombia enriquecida por una cultura ganadera y agrícola en una ciudad que engrandece la zona norte del país conocida como Montería.
Montería tiene un posicionamiento histórico negativo asociado al paramilitarismo. Un pasado que quieren olvidar y a su vez exponerle a la nación y al mundo que hoy son una sociedad productiva y con una economía emergente gracias a la templanza del monteriano, una cultura pacífica y cordial.
La perla del Sinú es una ciudad que maravilla al visitante por la calidez de sus habitantes. El río Sinú simboliza un territorio que ha logrado integrarse para generar crecimiento económico. El río ya no divide a la comunidad sino que la une. Es tan poderoso el simbolismo de su río que han construido la Ronda del Sinú, el parque lineal más grande de Latinoamérica. Un parque que enmarca y embellece la ciudad y la conecta emocionalmente con su río.
El turismo está por descubrirse. Solo basta con sentir la realidad de Montería cuando se viaja por el planchón. Una paz indescifrable se percibe cuando se escucha el río y el viento suave te motiva a la meditación. Es una ciudad verde, una ciudad para los caminantes.
Montería invita a la región y al país a construir la paz porque es fuente de acciones positivas resultado del post conflicto. Montería está escribiendo una nueva historia y exige construir una estrategia de valor ciudad para darle mayor visibilidad. El visitante encontrará que la ciudad del sombrero vueltiao (de origen cordobés) expone los valores de una sociedad honesta, exigente y apasionada que valora su calidad de vida. Una calidad de vida caracterizada por el enamoramiento que tienen sus residentes hacia una ciudad que ha transformado sus problemas en grandes oportunidades.
Nota: Este post se lo dedico a mi amigo y profesor Luis Martínez, Monteriano de corazón.